Beneficios de las grasas saturadas



5 CONCEPTOS BÁSICOS:

1- Afirmar que las grasas saturadas causan enfermedades del corazón, está basado en una evaluación errónea de la información y en estudios parciales o interesados.
2- Cada vez más estudios recientes demuestran que las grasas saturadas disminuyen el riesgo de enfermedades del corazón.
3- El exceso de carbohidratos y azúcar es la causa principal de la obesidad, diabetes y enfermedades del corazón.
4- Hace 100 años solo una de cada 100 personas era obesa.
5- En las zonas del mundo en que se consumen únicamente grasas saturadas de calidad, las enfermedades del corazón, diabetes o sobrepeso son prácticamente desconocidas.

Muchos estudios demuestran que las grasas saturadas son esenciales para variadas funciones del organismo.

Las autoridades médicas convencionales dicen que el consumo de grasas saturadas de origen animal es malo para la salud y que causa enfermedades del corazón.
Pero hace cientos de años, menos de una de cada cien personas era obesa y las enfermedades coronarias se desconocían. Procter & Gamble inició la comercialización de Crisco como un nuevo tipo de alimento – la primera grasa trans comercializada. Originalmente, Crisco era utilizado para hacer velas y jabones, pero debido a la electrificación, y como consecuencia la disminución en las ventas de velas, Procter & Gamble decidió promocionar esta grasa a base de vegetales derivados de manteca como "saludable".

De acuerdo con LewRockwell.com:

"Alimentar a omnívoros, como ratas y perros, con altas cantidades de grasa y colesterol no produce lesiones ateroscleróticas en ellos…De hecho, resulta que las personas que tienen el porcentaje más alto de grasas saturadas en su dieta tienen menor riesgo de padecer enfermedades del corazón…La última palabra sobre este tema debería ser la de Julia Child…Disfrute comer grasas saturadas, ¡son buenas para usted!"

La demonización de las grasas saturadas comenzó en 1953, cuando el Dr. Ancel Keys publicó un artículo comparando el consumo de grasas saturadas y la mortalidad por enfermedades del corazón.  Su teoría resultó ser débil, por no decir manipulada, pero esta creencia equivocada sobre las grasas saturadas ha continuado desde entonces.  Afortunadamente, por fin, la verdad comienza a salir, ya que científicos médicos han comenzado a cuestionar seriamente los resultados de Keys.

ES HORA DE DEJAR A UN LADO LA TEORÍA DE ANCEL KEYS

Keys basaba su teoría en un estudio de seis países, en los cuales el consumo de grasas saturadas era igual a las altas tasas de enfermedades del corazón.  Sin embargo, convenientemente, ignoró la información de los otros 16 países que no encajaban en su teoría.  Si hubiera escogido un conjunto de países diferentes, la información habría mostrado que incrementar el porcentaje de calorías de grasas saturadas disminuye el número de muertes por enfermedad cardíaca coronaria.

Además, en la actualidad muchos se han dado cuenta que el verdadero culpable de todo esto son las grasas trans que se encuentran en la margarina, la manteca vegetal y en los aceites vegetales hidrogenados, que causan muchos problemas de salud.
A pesar, de la evidencia científica, el dogma de bajo en grasa continúa y sigue siendo el favorito de las autoridades gubernamentales y de los colegios médicos.  

ESTUDIOS MÁS RECIENTES DESACREDITAN LA TEORÍA DE KEYS

La recomendación hecha por muchos doctores de disminuir el consumo de grasas saturadas, es ilógica cuando se toma en cuenta toda la información disponible hoy en día, que apoya su consumo como parte de la dieta para tener un corazón saludable.  Por ejemplo, una serie de tribus indígenas alrededor del mundo son la prueba viviente de que una dieta alta en grasas saturadas equivale a una baja mortalidad por enfermedades del corazón. En varios lugares del mundo, donde solo se consumen grasas saturadas, como los esquimales (grasa de pescado) o en las islas del pacífico (cocos y aceite de coco), las enfermedades coronarias y el sobrepeso son prácticamente desconocidos. Además, también hay estudios que indican que el consumo de aceite de coco tiene como consecuencia una mayor longevidad.

LA LECHE MATERNA CONTRADICE EL SUPUESTO PELIGRO DE LAS GRASAS SATURADAS

Y luego está la leche materna, que contiene 54 por ciento de grasas saturadas.  ¡Dado que es el alimento más perfecto que existe para el desarrollo de los bebés, la presencia de las altas cantidades de grasas saturadas no puede ser considerada como un “error”!

ADEMÁS:

Un meta análisis publicado el año pasado en el que se recabó información de 21 estudios e incluyó cerca de 348,000 adultos, no encontró diferencias en los riesgos de enfermedades del corazón ni derrames cerebrales entre las personas con consumo alto y bajo de grasas saturadas.
En una editorial de 1992 en Archives of Internal Medicine, el Dr. William Castelli, ex director del Framingham Heart Study, declaró:

“En Framingham, Massachusetts, mientras más grasas comían, más colesterol y más calorías, menor era el colesterol sérico de las personas.  Lo contrario a lo que…Keys predeciría…Encontramos que las personas que comían más colesterol, más grasas saturadas, más calorías pesaban menos y eran los más activos físicamente”.

Otro estudio publicado en el American Journal of Clinical Nutrition en el 2010 descubrió que la disminución en el consumo de grasas saturadas debe ser evaluado en el contexto de la sustitución por otros macronutrientes, como los carbohidratos.

“Cuando sustituye las grasas saturadas por carbohidratos, en partículas carbohidratos refinados, empeora los niveles de insulina y la obesidad, aumenta los triglicéridos y las pequeñas partículas de LDL, reduce el colesterol HDL benéfico.  Los autores afirman que los esfuerzos dietéticos para evitar el riesgo de enfermedades del corazón deberían centrarse principalmente en la limitación del consumo de carbohidratos refinados y la reducción de peso”.

El último punto es muy importante y es probablemente la clave principal para poder comprender el aumento desenfrenado de la obesidad, diabetes y enfermedades del corazón.  Y una vez que se puede identificar el problema, todo se vuelve mucho más fácil.

SON LOS CARBOHIDRATOS, Y NO LAS GRASAS, LOS CAUSANTES DE LA OBESIDAD Y DE LAS ENFERMEDADES DEL CORAZÓN

En la actualidad las enfermedades del corazón son muy comunes, es difícil para las personas recordar que hace tan sólo 100 años, esta enfermedad era casi desconocida.  Como escribe el Dr. Miller en el artículo:

“En 1950 había 500 cardiólogos ejerciendo en los Estados Unidos.  Hoy en día hay 30,000- 60 veces más para una población que sólo se ha duplicado desde esa fecha.”

Un aumento como este en las enfermedades del corazón, indica que algo ha cambiado y que ese algo está contribuyendo con esta epidemia.

¿Qué es ese “algo”? ¡NUESTRA ALIMENTACIÓN!

Lo más probable, los estudios que han relacionado la llamada “dieta o alimentación occidental” con el aumento del riesgo de las enfermedades del corazón, simplemente confirma que el azúcar y los carbohidratos refinados son dañinos para la salud de su corazón.  Porque a pesar de que la dieta occidental es alta en carne roja y procesadas, al igual que en grasas saturadas, también es alarmantemente alta en azúcar y carbohidratos refinados como los son el pan y la pasta.  Y, como se concluyó en el último estudio mencionado anteriormente, cuando reduce el consumo de grasas saturadas y aumenta el de carbohidratos refinados, terminará padeciendo obesidad, enfermedades del corazón y diabetes…

Gary Taubes también ha hecho un excelente trabajo al explicar la conexión entre los carbohidratos y la obesidad, así como los problemas de salud relacionados con ellos, todo esto lo hace en su libro “Por qué engordamos y qué hacer para evitarlo”.

En pocas palabras, comer grasas y proteínas no lo hace engordar- los carbohidratos sí.  Los dos puntos principales para tener éxito en el control de peso y disminuir el riesgo de diabetes, enfermedades del corazón y otros problemas de salud relacionados con el peso son:
La restricción de carbohidratos (azucares y granos) de su dieta
El aumento en el consumo de grasas saludables (aceite de coco en caliente, aceite de oliva en frío, pescado, mantequilla y carnes orgánicas.

De acuerdo con el reporte del año pasado del Dietary Guidelines Advisory Committee acerca de la Guía Alimentaria en Estados Unidos, las 10 primeras fuentes de calorías en la dieta estadounidense son:

Postres a base de granos (Pasteles, donas, patatas fritas, barras de granola, etc.)
Pan de levadura
Pollo y platos con pollo mixto.
Sodas, bebidas energéticas y deportivas.
Pizza
Bebidas alcohólicas
Pasta y platos de pasta
Carne de res y platos con carne de res
Postres a base de lácteos.


Viendo esta lista, es evidente que los carbohidratos, es decir, azucares y granos, son las principales fuentes de obesidad y de problemas de salud, no las grasas saturadas.

LOS DIFERENTES TIPOS DE GRASAS

Las grasas pueden ser confusas, pero generalmente puede dividirlas en cuatro tipos:
Grasas saturadas, de origen animal y proveniente de aceites tropicales
Grasas monoinsaturadas, como el aceite de oliva
Grasas poliinsaturadas, como aceite de palma, soya, girasol o canola, las más utilizadas para cocinar.
Grasas trans, como la margarina

FUENTES DE GRASAS SALUDABLES:

Aceitunas y aceite de oliva
Cocos y aceite de coco
Mantequilla proveniente de leche orgánica y de animales alimentados con pasto.
Nueces crudas, como almendras, pecanas o nuez del nogal.
Yemas de huevo orgánicas
Aguacates
Carne orgánica

Otra grasa saludable que querrá tomar en cuenta es la grasa de origen animal omega-3.  La deficiencia de esta grasa tan esencial, puede causar o contribuir con problemas de salud muy serios, tanto físicos como mentales y podría ser un factor determinante en las más de 96,000 muertes prematuras al año.

Tener el equilibrio adecuado entre las grasas omega-3 y omega-6 es también muy importante para una salud óptima.  Así que además de aumentar su omega-3 (de la cual la mayoría de las personas tiene deficiencia), también debería aumentar el consumo de omega-6.

Las grasas que deberá evitar son las GRASAS TRANS.  Este tipo de grasas se forman al agregar hidrogeno al aceite vegetal cuando es procesado, con el fin de que se solidifique.  Este proceso, conocido como hidrogenación, hace que los alimentos duren más, por lo que se mantienen frescos por más tiempo, tienen una vida útil más larga y también se sienten menos grasosos.  El resultado final del proceso de hidrogenación es una grasa completamente artificial que causa disfunción y caos en el cuerpo a nivel celular.

SU CUERPO NECESITA GRASAS SATURADAS PARA UN FUNCIONAMIENTO ÓPTIMO

Las grasas saturadas de origen animal y vegetal brindan un importante número de beneficios a la salud.  De hecho, su cuerpo no funciona sin grasas saturadas.  Las grasas saturadas son necesarias para el funcionamiento adecuado de:
Membranas celulares
Corazón
Huesos (para asimilar el calcio)
Hígado
Pulmones
Hormonas
Sistema inmunológico
Saciedad (reduce el apetito)
Regulación genética

CONSEJOS SALUDABLES SOBRE LAS GRASAS PARA LA VIDA DIARIA

Así que, por favor, recuerde, usted sí necesita una cierta cantidad de grasas saludables, mientras que al mismo tiempo querrá evitar las variedades que no son saludables.  La forma más sencilla de lograrlo es simplemente evitar los alimentos procesados que son altos en todas las cosas perjudiciales para la salud, como lo es el azúcar, los carbohidratos y los tipos de grasas peligrosas.
Después de eso, estos consejos pueden ayudar a asegurar que usted está comiendo las grasas adecuadas para su salud:

En lugar de utilizar margarina o aceite vegetal, utilice mantequilla orgánica, hecha con leche cruda proveniente de animales alimentados con pasto.  La mantequilla es un alimento entero saludable al que injustificadamente le han hecho mala fama.
Utilice aceite de coco para cocinar.  Es muy superior a cualquier otro tipo de aceite para usar en caliente porque no se oxida y no desprende radicales libres y está cargado con beneficios a la salud.  (Recuerde que el aceite de oliva debe ser utilizado en frío, por ejemplo, en una ensalada o pescado, pero no para cocinar.)
Para completar su consumo de grasas saludables, asegúrese de comer grasas crudas, como las que hay en el aguacate, los productos lácteos crudos y el aceite de oliva.  También consuma grasa omega-3 que provenga de una fuente de alta calidad de origen animal, como el aceite de pescado.

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